El agua pura de mi pobreza
«Al acercarnos a la poesía de Ada Negri, a un rostro que, como a menudo sucede con las mujeres lombardas, presenta rasgos fuertes aunque habitados por una secreta ternura, nos encontramos con una sorpresa: hay algo intacto que nos llega de sus versos, una energía indómita, un reto que permanece abierto. Si visitáis 'sus' lugares, los campos lombardos de Lodi y Motta Visconti, y llegáis allí hacia final de año, en mitad del invierno, cuando las cosas aparecen en el horizonte rasgando el velo de niebla que une cielo y tierra en un fundido blanco, comprobareis cómo cada árbol inmóvil...