Bediuzzaman Said Nursi, nacido en 1876 en el pueblo de Nurs, en la provincia de Bitlis, en el este de Turquía, fue un prominente teólogo, filósofo y reformador islámico. Su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con la renovación del pensamiento islámico y la educación religiosa en un contexto de grandes cambios sociales y políticos en el Imperio Otomano y posteriormente en la Turquía moderna.
Desde una edad temprana, Nurs mostró una gran inclinación hacia el estudio y la espiritualidad. Su educación se centró en el estudio del Corán y de otros textos islámicos, así como en el aprendizaje de la lógica, la filosofía y las ciencias. Fue un estudiante excepcional y, a medida que crecía, se convirtió en un líder religioso y espiritual en su comunidad.
El periodo de Nursi coincidió con la caída del Imperio Otomano y la transición a la República de Turquía bajo el liderazgo de Mustafa Kemal Atatürk. Esta transformación trajo consigo una serie de reformas radicales, entre ellas la secularización de la educación y la religión. Nursi fue un crítico de estas reformas, argumentando que la modernización no debía implicar la desvirtuación de los valores islámicos. Esto lo llevó a escribir una extensa obra, conocida como Risale-i Nur, que consta de una serie de tratados en los que aborda la relación entre ciencia y religión, la existencia de Dios y la importancia del Corán en la vida de los musulmanes.
Uno de los aspectos más destacados de la Risale-i Nur es su enfoque en la reconciliación entre la fe y la razón. Nursi creía firmemente que el Islam no era incompatible con la ciencia moderna. A través de sus escritos, intentó mostrar cómo los principios islámicos podían coexistir y complementarse con los descubrimientos científicos, una idea que resonó en un tiempo en que muchos musulmanes sentían que la ciencia estaba en conflicto con su fe.
La vida de Nursi estuvo marcada por la persecución. A lo largo de su vida, fue encarcelado y exiliado en varias ocasiones debido a sus creencias y su oposición a las políticas seculares del gobierno turco. A pesar de esto, nunca dejó de escribir y de difundir sus enseñanzas. Su resiliencia y dedicación a su causa ganaron muchos seguidores, quienes veían en él a un líder espiritual y un defensor del Islam en un tiempo de crisis.
En su obra, Nursi enfatizaba la importancia de la educación y el conocimiento como herramientas para la revitalización de la fe islámica. Promovió la creación de escuelas y centros educativos que se centraran en la enseñanza del Islam y de las ciencias, argumentando que una educación adecuada era esencial para contrarrestar el impacto de la modernización secular en la juventud musulmana.
Nursi falleció el 23 de marzo de 1960 en Urfa, Turquía. Su legado sigue vivo a través de la Risale-i Nur, que ha sido traducida a numerosos idiomas y continúa influyendo en generaciones de musulmanes en todo el mundo. Su pensamiento ha dejado una huella indeleble en el mundo islámico, siendo considerado por muchos como un héroe y un mártir por su lucha por la fe.
Hoy en día, Said Nursi es recordado no solo como un pensador religioso, sino también como un símbolo de resistencia intelectual y espiritual en un mundo en constante cambio. Su vida y obra siguen inspirando a aquellos que buscan un equilibrio entre la fe y la razón, y su llamado a la unidad y la comprensión entre las diferentes corrientes del Islam resuena en los días actuales.