Ángel con ojos color miel

Dicen que cuando a una mujer le ha faltado cariño desde pequeña, su alma se encierra en una coraza que es muy difícil resquebrajar. Julianna, en cambio, sigue siendo confiada y generosa. Extremadamente tímida, pero con gran corazón, busca sosiego en la cocina horneando deliciosos pasteles, en los libros, en la naturaleza, escapándose por la noche para ver las estrellas en el bosque de su Irlanda natal. Así descubre una noche a un joven herido, a quien salva la vida, curándolo como ha visto hacer a su padre. Los años pasan y esa niña regordeta se transforma en una belleza...