Morir quizá no sea lo peor

La señora Jourda no sabe qué hacer con la iguana enjaulada que le confió su vecina Jérômine Gartner. La joven no ha vuelto a buscarla y no ha dado señales de vida. Cuando los policías se disponen a forzar la puerta de Jérômine, constatan que ni siquiera está cerrada. En el interior, la chica yace en un sillón. La han estrangulado.Detalles curiosos: el aire acondicionado está al máximo y el examen forense revelará la presencia de siete granos de arroz y de siete fragmentos de metal en el esófago de la víctima.El encargado del caso, el capitán Félix Dutrey no tiene más...