Serguéi Dovlátov fue un escritor y periodista ruso, nacido el 3 de septiembre de 1941 en Leningrado, que hoy se conoce como San Petersburgo. Su vida y obra están marcadas por las complejidades y contradicciones de la sociedad soviética, así como por su propio exilio y búsqueda de identidad. Dovlátov se destacó por su estilo único, que combinaba el humor mordaz y la ironía con una profunda melancolía.
Desde muy joven, Dovlátov se mostró interesado en la literatura. Su madre, una profesora de literatura, y su padre, un ingeniero, influyeron notablemente en su formación. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de dificultades. Durante su adolescencia, su familia enfrentó la represión estalinista y, a consecuencia de ello, Dovlátov tuvo que lidiar con la estigmatización que su familia sufrió debido a sus orígenes.
Dovlátov estudió en la Universidad Estatal de Leningrado, donde se inclinó hacia el periodismo. Trabajó en diversas publicaciones, aunque la censura de la prensa soviética y las limitaciones impuestas a la libertad de expresión complicaron su carrera. En 1970, Dovlátov fue despedido de su trabajo en el periódico Literaturnaya Gazeta por sus críticas al régimen, un hecho que reflejó la creciente tensión entre su deseo de escribir honestamente y las restricciones impuestas por el estado.
A finales de la década de 1970, Dovlátov decidió emigrar a Occidente. Su salida de la Unión Soviética en 1978 marcó un hito decisivo en su vida. Se estableció en Nueva York, donde trabajó en una serie de empleos, incluyendo el de portero y taxista, mientras continuaba escribiendo. Durante esta etapa, Dovlátov logró dar a conocer su trabajo a un público más amplio y encontró su voz literaria en el exilio.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran El extranjero, La maleta y El vuelo de la palabra. Su estilo se caracteriza por una prosa clara y concisa, así como por la exploración de la identidad, la nostalgia y el desarraigo. A menudo, sus escritos reflejan la vida cotidiana de los emigrantes rusos en Estados Unidos, llenos de situaciones que evocan tanto la melancolía como el humor.
Dovlátov se convirtió en un cronista de la experiencia soviética y pasó a ser reconocido como uno de los autores más importantes de la literatura de la diáspora rusa. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y ha influido en numerosas generaciones de escritores. A lo largo de su carrera, recibió diversos premios y reconocimientos, lo que consolidó su legado en el panorama literario.
A pesar de su éxito en el exilio, Dovlátov nunca dejó de sentir una fuerte conexión con su tierra natal. A menudo expresaba su tristeza por la pérdida de su hogar, un sentimiento que se volcó en muchas de sus narraciones. Su habilidad para capturar la esencia de la experiencia rusa, tanto desde dentro como desde fuera, ha hecho que su obra sea valorada no solo por su calidad literaria, sino también por su profundidad emocional.
Dovlátov falleció el 17 de agosto de 1990 en Nueva York, a la edad de 48 años, a consecuencia de un cáncer de piel. Su legado literario perdura y continúa resonando en las voces de los escritores contemporáneos. A través de su obra, Serguéi Dovlátov nos invita a reflexionar sobre la identidad, el exilio y la experiencia humana, convirtiéndose en un referente ineludible de la literatura rusa del siglo XX.