Gabriel García Asturias Montenegro, conocido como G. Asturias, nació el 19 de octubre de 1899 en la ciudad de Guatemala. Fue un destacado poeta, novelista y ensayista guatemalteco, celebrado por su contribución a la literatura latinoamericana y su papel como defensor de la identidad cultural y los derechos humanos de su país. A lo largo de su vida, Asturias se involucró activamente en la política y la cultura, utilizando su voz literaria para abordar temas de justicia social y libertad.
Asturias estudió en la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde se interesó profundamente en el nacionalismo y la cultura indígena. Sus estudios lo llevaron a París, donde se relacionó con importantes figuras del surrealismo y la vanguardia literaria europea. Durante su estancia en Francia, Asturias publicó su primera obra notable, El Señor Presidente en 1946, una novela que aborda la tiranía y la corrupción en Guatemala, basada en su experiencia bajo el régimen del dictador Manuel Estrada Cabrera.
A lo largo de su carrera, Asturias exploró la identidad cultural guatemalteca, integrando elementos de la mitología indígena y la historia del país en su escritura. En su obra Hombres de maíz, publicada en 1949, Asturias rinde homenaje a la cultura maya y a los hombres y mujeres que han cultivado la tierra. Esta novela representa una profunda reflexión sobre la relación del ser humano con la naturaleza y la herencia cultural de Guatemala.
En 1967, G. Asturias recibió el Premio Nobel de Literatura por su obra literaria, convirtiéndose en el primer guatemalteco en ser galardonado con este prestigioso reconocimiento. El comité del Nobel destacó su capacidad para plasmar la realidad social y política de Guatemala, así como su maestría en el uso del lenguaje. Asturias fue un pionero en la literatura "indigenista", y su legado continúa influenciando a escritores contemporáneos en América Latina.
Además de su trabajo literario, Asturias se involucró en la política de Guatemala. En la década de 1940, fue embajador en Francia y trabajó para promover la democracia y los derechos humanos en su país. Sin embargo, tras el golpe de estado de 1954, que derrocó al gobierno democrático de Jacobo Árbenz, Asturias se vio obligado a exiliarse en México, donde continuó su labor literaria y política.
A lo largo de su vida, G. Asturias también se destacó como un defensor de la lengua española, escribiendo ensayos sobre su riqueza y complejidad. Su amor por la lengua y la cultura guatemalteca se refleja en todas sus obras, lo que ha llevado a que su trabajo sea estudiado y respetado en todo el mundo.
El legado de G. Asturias no solo se encuentra en sus libros, sino también en su impacto en la literatura y la cultura guatemalteca. Su enfoque en la identidad indígena y los problemas sociales sigue siendo relevante en un contexto político y cultural en constante cambio. A pesar de los desafíos que enfrentó a lo largo de su vida, Asturias nunca dejó de luchar por un mundo más justo y equitativo.
Falleció el 9 de junio de 1974 en París, dejando un importante legado literario que continúa inspirando a generaciones de escritores y lectores. Su obra es una defensa de la diversidad cultural y un llamado a la acción por la justicia social, elementos que resonarán a través del tiempo en la literatura mundial.
G. Asturias es recordado hoy no solo como un gran escritor, sino como un símbolo de la resistencia cultural, un hombre que utilizó su pluma para desafiar las injusticias y celebrar la riqueza de su tierra natal.