Y, de repente, un beso

En el siglo XVI la Silva alcanzo un gran exito editorial. No fue solo un canal de divulgacion de la cultura de la Antiguedad, sino tambien una pieza sobre la que ir fundando la ciencia y el conocimiento modernos.

En plena juventud David Torres descubrió que llevaba el mismo nombre de ese hermano mayor que murió. La sombra de la posibilidad de que su hermano fuera uno de los miles de niños "robados" planea sobre ese descubrimiento. Este pensamiento permaneció durante décadas hasta que emergió del fondo de la memoria cuando intentaba escribir una novela imposible: La historia de los cientos de músicos ciegos exterminados en los terribles años de las purgas de Stalin Ambas historias se bifurcan con la búsqueda de otras verdades -o mentiras- durante el largo periodo estalinista.

Lily sabía que Dane Norfolk la despreciaba: pensaba que se había casado con su hermano Daniel por dinero, además de haberle sido infiel con Mark, el mejor amigo de Daniel. Pero Lily no podía decir la verdad. Entonces la trágica muerte de su marido la obligó a enfrentarse a la oscura y tormentosa atracción que Dane y ella sentían y que, hasta ese momento, habían negado...

Este libro camina con exquisito tino entre la literatura negra y la ertica, sus personajes aunque aletargados en el mbito heroico, nos contaminan de un efecto inquietante y morboso. Lo primero nos lleva al deseo de atisbar al mundo verdadero el cual, pese a que se ha convertido en un gran mercado donde todo se vende y todo se compra, es un lugar menos provocador que los iturraldianos contornos convexos. Pero lo segundo, el morbo puro, nos mantiene asidos a cada a una de las lneas por el malsano deseo de enterarnos, si el corolario que nosotros encontraremos en el cuento es el mismo que ya...