Silvina Ocampo nació el 28 de julio de 1903 en Buenos Aires, Argentina. Miembro de una prominente familia de la alta sociedad argentina, Ocampo fue la menor de los cuatro hijos del arquitecto y diplomatista de origen francés Emilio Ocampo y de Victoria Aguirre, una mujer de ascendencia española. Su infancia transcurrió en un entorno culturalmente enriquecido, donde el arte y la literatura eran parte del día a día. Desde temprana edad, Ocampo mostró un talento precoz para la escritura y la poesía.
En 1921, Silvina publicó su primer libro de poemas titulado “La tierra brukt”, aunque es más reconocida por sus cuentos y su labor como narradora. En su carrera literaria, se destacó como parte del grupo de escritores que revolucionaron la literatura argentina durante la primera mitad del siglo XX. Victoria Ocampo, su hermana mayor, fue una figura influyente en la cultura argentina, fundadora de la revista “Sur”, donde Silvina publicó muchos de sus relatos. Su relación con Victoria fue de admiración y competencia, lo que enriqueció su carrera literaria.
Los cuentos de Silvina Ocampo se caracterizan por un estilo único que combina el realismo fantástico con una profunda introspección psicológica. Ella exploró temas como la memoria, el amor, la locura y la muerte, utilizando a menudo un tono oscuro y enigmático. Su capacidad para crear atmósferas inquietantes y personajes complejos la convirtió en una figura central de la literatura argentina. En su obra se pueden percibir influencias de autores como Edgar Allan Poe y Jorge Luis Borges, aunque su voz es inconfundiblemente propia.
- Obras destacadas:
- “La furia” (1935)
- “Los que aman, odian” (1946)
- “La mayor” (1955)
- “La casa de Adela” (1970)
Además de su labor como escritora, Silvina Ocampo fue una reconocida figura en el ámbito del arte visual. Se destacó como pintora, y su obra pictórica es menos conocida pero igualmente valiosa. Sus pinturas, influenciadas por el surrealismo, reflejan su interés por los sueños y lo irracional. Esta faceta artística complementó su labor literaria y dio lugar a una obra rica y multifacética.
En cuanto a su vida personal, Ocampo se casó en 1935 con el poeta Adolfo Bioy Casares, con quien compartió una relación creativa y artística a lo largo de sus vidas. El matrimonio fue un punto de inflexión en la vida de ambos, permitiéndoles intercambiar ideas y colaborar en varios proyectos literarios. Juntos, se convirtieron en figuras prominentes de la literatura argentina del siglo XX.
Silvina Ocampo también fue parte activa de la vida cultural de su país, participando en iniciativas literarias y sociales. Su trabajo fue reconocidos por la crítica, aunque en vida no alcanzó la misma popularidad que algunos de sus contemporáneos. Sin embargo, su legado ha perdurado y su obra ha sido objeto de estudio y admiración en las décadas posteriores a su muerte.
La escritora dejó de existir el océano 14 de agosto de 1993 en Buenos Aires, pero su obra sigue viva y resonante en la literatura contemporánea. Silvina Ocampo, con su prosa poética y su mirada única sobre la condición humana, se erige como una de las voces más importantes de la literatura argentina, y su influencia continúa inspiración a nuevas generaciones de escritores y lectores.