Bram Stoker, nacido el 8 de noviembre de 1847 en Dublín, Irlanda, es célebre como el autor de la novela Drácula, una obra que ha dejado una huella indeleble en la literatura y la cultura popular. Desde una edad temprana, Stoker fue un niño enfermizo, lo que le hizo pasar mucho tiempo en casa, donde desarrolló una pasión por la lectura y la escritura.
Stoker estudió en el Trinity College de Dublín, donde se graduó en 1870. Durante su tiempo en la universidad, se destacó en el estudio de matemáticas y se comprometió con el teatro, lo que más tarde influiría en su trabajo literario. Tras completar sus estudios, Stoker trabajó como funcionario público, pero su amor por la literatura lo llevó a convertirse en asistente del célebre actor Henry Irving en el Lyceum Theatre de Londres. Esta relación no solo le proporcionó una entrada al mundo teatral, sino también una base para sus posteriores escritos.
En 1897, Stoker publicó Drácula, una novela epistolar que narra la historia del conde vampiro que busca trasladarse de Transilvania a Inglaterra. La obra presenta un innovador uso de cartas, diarios y recortes de prensa para contar la historia, lo que otorga a la narrativa un sentido de autenticidad y urgencia. La novela exploró temas como la sexualidad, la locura y la dualidad de la vida moderna, resonando profundamente con el público de la época.
A pesar de que al principio Drácula no fue un éxito comercial inmediato, su influencia ha crecido con el tiempo, convirtiéndose en un pilar de la literatura gótica y en una fuente inagotable de inspiración para numerosas adaptaciones cinematográficas, teatrales y literarias. Stoker sentó las bases para la imagen moderna del vampiro, y su conde Drácula ha dejado una marca perdurable en la cultura popular.
Además de Drácula, Stoker escribió otras obras, aunque ninguna alcanzó el mismo nivel de reconocimiento. Entre sus obras menos conocidas se encuentran The Jewel of Seven Stars (1903) y The Lady of the Shroud (1909). Su estilo se caracteriza por un enfoque meticuloso en la creación de atmósferas opresivas y un uso magistral del simbolismo, que a menudo refleja sus propios miedos y ansiedades.
A medida que avanzaba su carrera, Stoker sufrió múltiples problemas de salud que afectaron su calidad de vida y su capacidad de escribir. Murió el 20 de abril de 1912 en Londres, dejando un legado literario que continúa siendo estudiado y celebrado en la actualidad. Su vida y obra han sido objeto de múltiples estudios críticos, y su influencia se extiende más allá de la literatura, afectando la cultura cinematográfica y la percepción moderna de los vampiros.
En resumen, Bram Stoker es más que el creador de un personaje icónico; es un autor cuyo trabajo explora las profundidades del miedo humano y las complejidades de la naturaleza humana. Su legado perdura a través de su obra más famosa, que sigue fascinando a nuevas generaciones de lectores y espectadores.