Un rayo de sol entre las nubes.
Nunca había pensado que trascorrería mi juventud en aquel modo, pero, sintiéndolo mucho, la vida me había reservado momentos que nunca habría querido vivir. ****************** No me hubiera imaginado jamás que la boca y las manos de un hombre pudieran ser así de dulces y gentiles. Y fue cuando, aturdida por sus besos y caricias, me dijo que no podía resistirse más a mis encantos y quería hacer el amor conmigo, o se volvería loco. Yo ingenuamente después de esas palabras no conseguí decirle que no. "¿Por qué negarme a los placeres que él me ofrecía, cuando mi cuerpo anhelaba...