Nueve relatos y medio

Los papeles póstumos del Club Pickwick, también conocida como Los papeles del Club Pickwick, (en inglés: The Posthumous Papers of the Pickwick Club) fue la primera novela publicada por el escritor británico Charles Dickens. Está considerado como una de las obras maestras de la literatura inglesa. En torno al protagonista se agrupa un club de extravagantes personajes, cuyas peripecias, narradas con gran sentido del humor, pueden interpretarse como una sátira de la filantropía. La figura más notable de la novela, después de la de Pickwick, es la de su criado Sam Weller.

Cora es una estudiante universitaria que vive una vida perfectamente normal en Granada dónde su mayor preocupación es sacarse la carrera de Historia y disfrutar del ambiente universitario. Iván es un chico trabajador que vive en un barrio muy humilde rodeado de su gente y de su familia por la que haría lo que hiciera falta. No tienen nada en común, no frecuentan los mismos sitios ni se han visto nunca, pero sus vidas están a punto de encontrarse de una manera que jamás imaginarían.

Una chica atrapada en una casa de acogida para madres gestantes en la década de 1960 en Inglaterra, está deseperada y lucha por quedarse con su bebé. Una anciana escucha una canció en la radio y recuerda la traición cometida contra su hijo nonnato. Una niña desaparece en otro mundo y su familia mueve cielo y tierra para encontrarla. Una madre observa como su amado hijo parte en barco hacia una muerte casi segura y jura venganza. Un hombre joven regresa a España tras la guerra para salvar a su amada y a la hija por la que ella ha luchado. El amor de una madre puede adoptar muchas formas.

¡Bienvenidos a la Academia Bonfire! Situada en las faldas de los Alpes en St.Moritz, esta exclusiva escuela privada, da sus servicios a una clase especial de estudiantes. Esta preparatoria paranormal está llena de estudiantes internacionales de la más alta clase de la sociedad que son bendecidos... y maldecidos, por linajes de las familias más poderosas del mundo. La regla es simple... No confíes en nadie.