FILOSOFÍA AMERICANA

Otro difícil caso que deberá esclarecer el doctor Samuel Redhead en el contexto de las invasiones inglesas. Luego de varios años de ausencia, regresa el doctor Samuel Redhead, uno de los personajes más celebrados y reconocidos de la novela histórica de los últimos años, que consolidó a Mercedes Giuffré como la gran representante de un género que ella misma se encargó de inaugurar: el policial anclado en el Virreinato del Río de la Plata. Además de una atrapante trama policial histórica perfectamente documentada, Almas en pena propone una atractiva línea argumental con tintes...

Alberto es un ser solitario y desencantado a quien las circunstancias han empujado a tener que cuidar de su madre enferma, la cual ya no conoce y necesita de su hijo para alimentarse, para ir al baño, para mantener una precaria existencia. Alberto carece de amigos. La mala alimentación, el desorden, le han convertido en un ser obeso y anquilosado, carente de aficiones, de pasiones, tan sólo ver la televisión para no pensar. Su vida es un discurrir monótono hacia el abismo, y su única compañía son sus recuerdos, recuerdos de cuando estudiaba, de cuando todavía vislumbraba un atisbo de ...

"Nadie como Gilmer Mesa para exhibir con ternura y crudeza la espina clavada en el corazón de Colombia, el corazón de nuestra América". Fernanda Melchor Cada que leo a Gilmer Mesa me lo imagino como un viejo lobo del asfalto parado en una esquina del barrio contándonos, con su vozarrón viril y esa mezcla de sabiduría de calle y erudición libresca, los pormenores del cataclismo que aún nos cimbronea. Recostado en la pared del bar, adolorido y sólido, da cuenta de los episodios más atroces de nuestra historia cercana sin dejar de ver la crepitación de la belleza en medio del...

Comedia. Emilia Pardo Bazán Fragmento de la obra Parece tonto esto de narrar cosas que pueden verse solo con asomarse a la ventana o a la puerta. Por puertas y ventanas trepan al asalto la helada, el bochorno, el tráfago y las impurezas de la vía pública... ¡Quién poseyese una urna hialina, y en ella se claustrase, aletargándose antes como los milagrosos faquires! Dentro de la urna, tapadas con cera las aberturas de los sentidos, revulsa la lengua para obturar la laringe, allá el dolor que revolotee y entenebrezca el aire. ¡Dolor! ¡Dolor ajeno, sobre todo! ¿En qué nos atañe? ¿No ...