A decir verdad
Con su habitual ironía, el autor lleva al lector a compartir con él su itinerario personal, sus mentores, los que con sus dudas y negaciones lo condujeron a la trágica y jubilosa afirmación de su ser, sus lecturas, aquellas que lo marcaron para abandonar el tedio académico y poder gozar así de sus veladas incursiones por la narrativa.